sábado, 13 de abril de 2013

El discurso vulgar

El desconocimiento de la norma da lugar a múltiples incorrecciones a las que denominamos ¨vulgarismos¨. El uso de éstos es claro reflejo del bajo nivel cultural a de la deficiente instrucción de los hablantes. Pero hay que decir que el vulgarismo no es sí solo síntoma de incultura, ya que sin duda las personas cultas los emplean muchas veces cuando hablan de forma descuidada y en un ambiente familiar. El vulgarismo que sí revela falta de cultura y de información y de instrucción es el de aquellos hablantes que no saben expresarse de otro modo, lo cual los hace víctimas de una situación injusta, en tanto en cuanto, ello limita sus posibilidades de desarrollo en la vida social. Estas incorrecciones afectan a diversos planos de la lengua: la pronunciación, la morfología, la sintaxis y el vocabulario.



En lo que se refiere a la pronunciación, tendremos, entre otros, los siguientes fenómenos:
Alteraciones en los diptongos: pacencia (por paciencia), ventiuno (por veintiuno), diferiencia (por diferencia), etc.
Sustituciones de un sonido por otro (g o b ante diptongos que empiezan por u): * agüelo, güele, cacagüate, etc.
Adición de vocales al principio de una palabra (prótesis): * alargarto, arrascar, etc.
Cambio de acento: *méndigo por mendigo, córcel por corcel, ávaro por avaro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario